diumenge, 7 d’octubre del 2012

Phnom Penh (Camboya)

La capital de Camboya, Phnom Penh, es una ciudad moderna, intensa y a la vez fiel a sus raíces que intenta despuntar como el lugar "in" del sureste asiático. No soy muy fan de las grandes ciudades, pero esta me ha encantado.

El tuk tuk, la forma más confortable de moverse por la ciudad

Vida en la orilla del río al atardecer

Los mercados

El símbolo nacional

Claro que para disfrutarla hay que tener algo de sangre fría, y saber "ignorar" la pobreza y los niños mendigando cargados con cajas de libros para vender, y que pertenecen a grupos organizados algo mafiosos. Y es que, aunque Phnom Penh de la impresión de modernidad absoluta, este país sigue siendo muy pobre, rural y tradicional.

Tan contentos con las sobras de mi comida :)

Otra cosa es la historia... Este país tiene un pasado-presente demasiado cruel e inhumano para cualquiera y aún intenta superarlo. No hace ni 15 años que estaba sumergido en una guerra civil que duraba desde los 70, sin contar los bombardeos sufridos en los 60 al verse metido en la guerra de Vietnam sin quererlo, y sobre todo los 4 años (1975-1979) bajo la dictadura de Pol Pot y los Khmer Rouge, que esclavizaron a toda, absolutamente a toda la población a trabajar entre 15 y 18 horas al día después de desterrarlos de las ciudades... y eso si sobrevivían o no eran exterminados. Un régimen con la filosofía de: "más vale matar a varios inocentes que dejar a un enemigo vivo". Mucho camino le queda por recorrer, y es que todavía quedan algunos Khmer Rouge en el gobierno, si bien se las dan de moderados... Por cierto, he conocido a Sothy, una mujer que se presenta a las próximas elecciones como tercera de lista, si bien no tiene apenas posibilidades debido al sistema corrupto que gobierna. Pero le deseo mucha suerte en su intento por mejorar este lugar.

The Killing Fields, uno de las campos de exterminio principales de los Khmer Rouge

Fotos de víctimas en el museo de Tuol Sleng, situado en la antigua prisión de tortura S21

Después de visitar algunas de las instalaciones de la época y llorar un rato por rabia e impotencia, una tiene que sobreponerse y disfrutar de este lugar. Que la gente, aunque algo pesada, es un encanto si te tomas la paciencia de conocerlos e ignoras sus intenciones de sacarte dinero como sea. Otra cosa que me sorprende es que está muy limpia y es muy verde, con grandes parques y árboles por las callejuelas que le da un colorido especial.

 Mi coleguilla, el vendedor de mangos (aunque a mí me los regalaba)


 
Eso sí, para ser tan pobre, el Palacio Real no ha escatimado en gastos... con la mitad de figuras de oro y plata que hay dentro, podrían sacar a media Asia de la pobreza, y creo que hasta a Europa de la crisis...

 El Palacio Real y la Pagoda de Plata



Wat Phnomh, uno de los templos más antiguos de la ciudad

 

3 comentaris:

mj ha dit...

Wow! Que fotos tan bonitas y que interesante todo. Y el vendedor de mangos, genial. No se como te las apañas que en tus viajes siempre te acaban invitando y regalando algo.

Bueno lo dicho, que he disfrutado mucho con este post. Disfruta mucho que el tiempo vuela.

Un achuchoncete.

Lara ha dit...

Es cuestion de ser amable y tener paciencia hasta que entienden que no vas a comrpar nada y solo quieres charlar :)

Núr ha dit...

Quines fotos més xules! Els temples són una passada! I quina història tan trista, la d'aquest país... bé, la de molts països... ains... Però són capaços de somriure! És increïble!