Bombay en 30 horas y bajo una lluvia monzónica no es muy interesante. La ciudad es completamente occidental y cosmopolita, con minifaldas, tirantes, discotecas, teatros, gente guapa, parejas achuchándose, etc. (pensad que esto no es nada normal en India y yo llevaba 2 meses sin ver estas cosas). Y los precios también son occidentales! Dios, que caro es todo. Poco turismo hemos hecho aquí, con las palizas de autobuses y trenes que hemos tenido, solo nos apetecía descansar, y además con la pedazo lluvia, pues menos ganas de visitar cosillas. Pero todo se soluciona con unas cervecillas, jejeje. Y por supuesto, he asistido a una sesión de cine en la capital de Bollywood. Nico y yo nos moríamos de la risa en el cine, y eso que la peli era en hindi. Han seguido 22 horas de tren hasta Delhi y hemos llegado puntuales! Es el primer tren sin retraso que he cogido en 2 meses y medio.
Volver a Delhi después de este tiempo tiene su gracia. Me acuerdo cuando bajé del avión, llegué al Main Bazaar acongojada y apenas me atrevía a salir del hotel. Ahora ya me hago coleguilla de los moscardones, moviendo la cabeza de un lado a otro, ese gesto tan característico indio que significa, sí, no, quizá, maybe? y que te desespera, e intentando venderles una de mis pulseritas por 100 rupias. Jajajaj. Ya no esquivo vacas ni rickshaws, ellos me esquivan a mí. Ah, por si no os lo había dicho, como siempre con las manos (desde Calcuta). Debo empezar a civilizarme otra vez. Tampoco echo de menos el agua caliente, no me importa la mugre de mis habitaciones, me descalzo en cuanto entro en una tienda...
La vuelta a Delhi significa el fin de la primera parte. Pasado mañana llega Christoph, lo que significa que el resto del viaje estaré acompañada. Ya no podré decidir que hacer en cada momento, cambiar mi plan cuando me apetezca, quedarme más tiempo en un lugar porque quiero, recorrer un montón de km en un día para reencontrarme con algunos amigos, no tener que explicar nada...
No hombre, que me hace mucha ilusión!!! Que estoy muy contenta de tener compañia y tengo muchas muchas ganas de verle. Pero vamos, que lo de viajar sola ha sido una experiencia increíble, y que quiero repetir muy pronto. Cualquiera que haya pensado en ello alguna vez y no se decida, adelante, yo no me he arrepentido en ningún momento. Es la Libertad absoluta.
Volver a Delhi después de este tiempo tiene su gracia. Me acuerdo cuando bajé del avión, llegué al Main Bazaar acongojada y apenas me atrevía a salir del hotel. Ahora ya me hago coleguilla de los moscardones, moviendo la cabeza de un lado a otro, ese gesto tan característico indio que significa, sí, no, quizá, maybe? y que te desespera, e intentando venderles una de mis pulseritas por 100 rupias. Jajajaj. Ya no esquivo vacas ni rickshaws, ellos me esquivan a mí. Ah, por si no os lo había dicho, como siempre con las manos (desde Calcuta). Debo empezar a civilizarme otra vez. Tampoco echo de menos el agua caliente, no me importa la mugre de mis habitaciones, me descalzo en cuanto entro en una tienda...
La vuelta a Delhi significa el fin de la primera parte. Pasado mañana llega Christoph, lo que significa que el resto del viaje estaré acompañada. Ya no podré decidir que hacer en cada momento, cambiar mi plan cuando me apetezca, quedarme más tiempo en un lugar porque quiero, recorrer un montón de km en un día para reencontrarme con algunos amigos, no tener que explicar nada...
No hombre, que me hace mucha ilusión!!! Que estoy muy contenta de tener compañia y tengo muchas muchas ganas de verle. Pero vamos, que lo de viajar sola ha sido una experiencia increíble, y que quiero repetir muy pronto. Cualquiera que haya pensado en ello alguna vez y no se decida, adelante, yo no me he arrepentido en ningún momento. Es la Libertad absoluta.
Escena de la película que vimos en el cine, ese Bollywood!