Y, finalmente, acompañada por mi parejita de alemanes (creo que me habían adoptado como a su hija...), llegué a uno de los pocos destinos que tenía claro antes de partir: la antigua ciudad de Angkor. Construida entre el siglo IX y XV como la capital del antiguo reino Jemer, fue "descubierta" a principios del siglo XX. Se calculan algo más de 910 monumentos dentro. Inicialmente hindú, la mayoría de templos fueron construidos en honor a Vishnu y Shiva hasta la llegada del budismo, cuando algunos se remodelaron.
Las Puertas a Angkor
Angkor Wat, el templo más conocido y antigua universidad budista
Bayon, mi favorito (ya sabéis que tengo cierta simpatía por el budismo pese a ser una atea convencida)
Paseando en tuk-tuk por Angkor Thom
Banteay Prei
Ta Prohm (Lara Croft was here, Lara Barriuso, too!)
Los relieves en los muros
Regateando mis futuros cuadros
A parte, la ciudad de Siem Reap no tiene nada especial, es tranquila hasta que se cruza el río y se entra en la llamada Pub Street, calle principal a un "barrio" hecho solo para turistas, llena de bares donde se puede observar el espectáculo más vergonzoso dado por los guiris occidentales. Claro que la gente viene aquí en avión desde toda Asia a ver los templos, e imagino que les importa tres pimientos que la población viva en absoluta miseria o la historia, ellos solo quieren emborrarcharse y decir que han estado aquí. Que se la va a hacer, hay gente para todo (eso sí, yo me mantengo alejada!).
De todas maneras, mis días aquí han sido muy agradables, especialmente gracias a dos locos que llevan dos meses subidos en una moto recorriendo Vietnam y Camboya. Esa gente con la que pasas unas tardes y les coges un cariño tremendo y te resulta dificilísimo despedirte :). Debe ser que levantarse las 5 de la mañana para ir a ver la salida del sol a Angkor Wat une mucho... aunque luego llueva y no veas nada.
Mis chicos
Camino a la Pub Street
Amanecer frustrado
Tardes lluviosas observando las calles
La frontera entre la ciudad y "vergüenza ajena"
Y claro, como he alargado la estancia en Camboya, el tiempo para volver a Saigón (perdón, Ho Chi Minh como se llama ahora) era extremadamente justo, que además me faltaba ver la ciudad. Así que no he tenido otro remedio que coger un avión de vuelta :P