diumenge, 14 d’octubre del 2012

Ciudad de Ho Chi Minh (Vietnam)
Fin del capítulo

Saigón, ciudad más grande del país. Es la exageración de todo lo visto anteriormente: motos, ruido continuo (si algo caracteriza a las ciudades asiáticas es el ruido), luces de neón por todas partes, carteles de publicidad infinitos, miles de locales para comer (mmm....). Tampoco he visto demasiadas cosas, me he dedicado a perderme por las calles, y es que el cansancio de las horas de viaje, de hacer y deshacer la mochila y de asimilar todo lo observado empezaba a pasarme factura.

Las calles


Túneles del frente Vietcong de Cu Chi



Gente



Las instalaciones eléctricas

 Trofeos en el museo de la guerra 
 

Cao Dai

Disfrutando mi última comida (esta vez pregunté que había dentro de la olla)

Como en otras ocasiones, destacaré la gran experiencia de viajar sola de una manera independiente. Creo que es una de las experiencias más enriquecedoras para cualquier ser humano: la apertura de mente para observar, la gente que se conoce, la libertad de la que se disfruta... Deberían enseñarlo en el colegio e incluir prácticas obligatorias :).

Fin del capítulo.

dijous, 11 d’octubre del 2012

Siem Reap & Angkor (Camboya)

Y, finalmente, acompañada por mi parejita de alemanes (creo que me habían adoptado como a su hija...), llegué a uno de los pocos destinos que tenía claro antes de partir: la antigua ciudad de Angkor. Construida entre el siglo IX y XV como la capital del antiguo reino Jemer, fue "descubierta" a principios del siglo XX. Se calculan algo más de 910 monumentos dentro. Inicialmente hindú, la mayoría de templos fueron construidos en honor a Vishnu y Shiva hasta la llegada del budismo, cuando algunos se remodelaron.

 Las Puertas a Angkor


 

Angkor Wat, el templo más conocido y antigua universidad budista



 

Bayon, mi favorito (ya sabéis que tengo cierta simpatía por el budismo pese a ser una atea convencida)
 




Paseando en tuk-tuk por Angkor Thom
 

 

 

Banteay Prei


Ta Prohm (Lara Croft was here, Lara Barriuso, too!)
 

Los relieves en los muros

 


Regateando mis futuros cuadros
 

 A parte, la ciudad de Siem Reap no tiene nada especial, es tranquila hasta que se cruza el río y se entra en la llamada Pub Street, calle principal a un "barrio" hecho solo para turistas, llena de bares donde se puede observar el espectáculo más vergonzoso dado por los guiris occidentales. Claro que la gente viene aquí en avión desde toda Asia a ver los templos, e imagino que les importa tres pimientos que la población viva en absoluta miseria o la historia, ellos solo quieren emborrarcharse y decir que han estado aquí. Que se la va a hacer, hay gente para todo (eso sí, yo me mantengo alejada!).

De todas maneras, mis días aquí han sido muy agradables, especialmente gracias a dos locos que llevan dos meses subidos en una moto recorriendo Vietnam y Camboya. Esa gente con la que pasas unas tardes y les coges un cariño tremendo y te resulta dificilísimo despedirte :). Debe ser que levantarse  las 5 de la mañana para ir a ver la salida del sol a Angkor Wat une mucho... aunque luego llueva y no veas nada.

Mis chicos

Camino a la Pub Street

Amanecer frustrado

Tardes lluviosas observando las calles

La frontera entre la ciudad y "vergüenza ajena"

Y claro, como he alargado la estancia en Camboya, el tiempo para volver a Saigón (perdón, Ho Chi Minh como se llama ahora) era extremadamente justo, que además me faltaba ver la ciudad. Así que no he tenido otro remedio que coger un avión de vuelta :P

dilluns, 8 d’octubre del 2012

Kompong Thom (Camboya)

Antes de llegar a Siem Reap para ver la octava maravilla del mundo (la antigua ciudad de Angkor y sus templos) decidí parar a medio camino, en Kompong Thom, para alejarme de la ruta típica y ver un lugar un poco menos turístico y más auténtico. En Phnom Penh me reencontré con una pareja alemana que había conocido en la isla y tenían la misma idea en la cabeza así que realizamos el viaje juntos.

No es que el lugar valga la pena, es algo así como una fila de casas alineadas junto a la carretera principal con algunos restaurantes y mercados de precio inflado ya que todos los autobuses entre Phnom Penh y Siem Reap paran aquí para comer. Polvorienta, algo sucia y un poco apestosilla... Eso sí, eramos los únicos guiris que pernoctaban en el lugar :).

El motivo de parar aquí era acercarnos a Sambor Prei Kuk, templos pre-angkorianos casi desconocidos. Y realizar el camino en tuk-tuk, ya que la pista es una preciosidad que recorre pequeñas aldeas y campos de arroz (y sangre fría otra vez ante la infinita pobreza de las zonas rurales, aunque las sonrisas de la población ayudan a no sentirse demasiado mal). 

La otra experiencia que destaco: ya he comido perro! Pero sin querer, que no supe lo que era hasta probarlo y no reconocer ni el sabor ni la textura de la carne. Otra lección aprendida: preguntar siempre antes de señalar una olla.

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El árbol de los muerciélagos... la gran atracción del pueblo

No sé que me apetece más para picar: grillos, arañas o cucarachas?

Leak Pagoda


Ahí estaban familiares de Txico y Jana...

Pinchazo del autobús a Siem Reap